Lo probé por primera y única vez hace casi un par de años, en una tetería árabe de Toledo. Hasta entonces nunca había escuchado o leído en ningún sitio helado de dátiles, así que me pareció tan curioso que no pude resistirme. Lo hacían allí mismo y estaba delicioso, con el sabor dulce de los dátiles y una textura cremosa muy agradable. Además, lo servían con nata montada y entre eso, los tés y la cuidada decoración del sitio, pues... ¡no se podía pedir más!
Ayer lo recordé al ver un paquete de dátiles en el supermercado y me entraron unas ganas irreprimibles de intentar prepararlo en casa, con la clara esperanza de que saliese algo parecido probando a hacerlo lo más sencillo que se me ocurría. Para mi sorpresa quedó prácticamente igual que el de la tetería de sabor, aunque se me colaron algunos trocitos de dátiles que aquel no tenía, pero nada que no solucione un par de minutos más en la batidora 😄