¡Vaya locura de noviembre! No he parado apenas un día sólo entre las clases y las salidas de campo con sus correspondientes madrugones, ufff. Si hasta ha habido días que a las diez de la noche me caía de sueño, cuando rara vez me retiro antes de la una. Total que se me ha ido el mes casi sin enterarme. Eso sí, para esta tarta he tenido un ratín, ¡que sólo se cumplen 23 años una vez en la vida! Y más si esto se celebra en buena compañía, como tengo que agradecer que fuese :)
La fotografía no le hace justicia a lo buena que estaba ni se ve lo bonito que queda al cortarla con el contraste del blanco del queso con los trozos de Oreo por el medio. Me hubiese gustado poner una fotografía del corte, pero como no quería empezarla antes ni hacer esperar después, me queda pendiente para la próxima vez... porque obviamente, esta voy a repetirla :P